Cerámica de La Rambla: El origen de la cerámica y alfarería rambleña podríamos decir que se remonta al periodo prehistórico y así lo avalan los vasos campaniformoes encontrados en La Rambla (asentamiento datado de la edad de Bronce).
Sin embargo las primeras referencias sobre la historia de la alfarería rambleña es la de 1.460, año del que data la primera referencia escrita sobre este oficio hallada hasta la fecha. A partir de esta fecha y a lo largo de toda la era moderna, las alusiones al oficio, más o menos espaciadas, no faltan. En el siglo XVI se constata que en la localidad de La Rambla existe una calle llamada de los Cantareros.
También en el siglo XVI se confirma en los libros sacramentales de la Parroquia, que unos de los oficios mencionados es el de Alfarero. Los datos concretos sobre el oficio y su implantación no aparecen hasta el siglo XVIII, cuando en una descripción de La Rambla de 27 de abril de 1.772 se dice que «hay 15 maestros de alfarero y cantarero con sus hornos y ruedas corrientes; seis oficiales y dos aprendices…».
A principios del siglo XX, se estima que en La Rambla existen en torno a 15 alfarerías, donde se fabrican una muy variada gama de artículos, casi todos ellos relacionados con la contención del agua, de entre los que destaca de forma muy especial el botijo.
En 1.930 se introduce el vidriado, pero éste no se impondrá hasta mucho después. A partir de la década de los 60, y ya en los años 80, la cerámica vidriada y decorada desplaza de las fábricas el tradicional botijo rambleño.